22.2.07

La chica del lector de MP3

El otro día iba de camino al metro para comenzar mi jornada de trabajo. Unos metros adelante caminaba una joven quien portaba audífonos y muy probablemente estaba absorta en la melodía que salía de su lector de MP3. Cuando ella iba a cruzar la calle alcancé a divisar a unos 20 metros, un hombre en bicicleta quien vociferaba hacia ella “cuidado” pues a la velocidad que venía seguro que la atropellaría. Sin embargo la muchacha se quedo impávida y nuestro ciclista se vio obligado a hacer una maniobra de acróbata para no llevársela por delante. Mi primera reacción fue de asombro y no pude dejar de pensar “que peligrosos son esos aparatos en los oídos”. Pasé a su lado buscando su mirada y no pude encontrar ninguna señal de preocupación o miedo y supongo que ni cuenta se dio de lo que le pudo haber pasado. No le di más vueltas al asunto y mi reflexión no fue más lejos. Hasta hace unos días en que leí un artículo sobre la propuesta de un senador neoyorkino. Pretende este señor que hay que multar a los peatones que utilizan celulares o MP3’s al atravesar las calles pues es un problema de salud pública ya que esto ha generado, según él, varios accidentes mortales. Vino a mi mente el incidente de la muchacha. Afortunadamente el artículo –escrito supongo por un periodista - iba más allá de la trascripción de la propuesta del senador. El articulista se tomó la molestia (o hizo su trabajo, Uds. verán) de contactar las autoridades belgas al respecto. No existe en este país ninguna estadística que permita cuantificar el nombre de accidentes “causados” por la utilización de estos aparatos. Además multar a aquellas personas que atraviesen la calle escuchando música o hablando por el celular es algo ridículamente inaplicable. Los problemas de seguridad de los peatones no provienen del celular o de los iPod. Hay personas que escuchan música y a pesar de todo prestan atención cuando atraviesan la calle. Por otra parte, hay otras que no utilizan celular o lector MP3 en la calle y sin embargo prestan poca atención al tráfico. “El único consejo que podemos dar es el de estar atentos en toda circunstancia” terminaba diciendo un funcionario citado en el articulo. Qué me quedó de todo esto? Clarifique mi punto de vista, me dí cuenta que hay que ir más allá de nuestra primera impresión y, 'last but not least', confirmé que hay gente que es capaz de hacer varias cosas al tiempo pero yo no.

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