
Dichoso Día de las Madres para todas ellas en especial para las con hijos entre los tres y 10 años. Quién no ha recibido un brazalete de conchitas, un portarretratos pintorreado de verde, un envase de lata reciclado en tarro para guardar los cucharones, una bolsa de compras en fieltro con las huellas de las manos, …?
Una vez que la madre en cuestión se recupera de la emoción que produce la manifestación de amor de su progenitura le toca preguntarse que hacer con el regalo. Sabiendo que tarde o temprano, eso sí después de exponerlo varios días a la vista de todos, habrá que guardarlo por ahí en una caja y luego discretamente arrojarlo a la basura. Si tiene un desván o cuarto de San Alejo estará salvada cada vez que los párvulos pregunten por él.
Aparentemente ya hay escuelas que están pensando en mejorar la calidad de los materiales y salir del reciclaje de cajas de zapatos y rollos de papel higiénico.
Mientras tanto hay que seguir con el ritual y disponer de paredes suficientes para colgar las pinturas y exponer los dibujos de nuestros bambinos.
Del lado de los profesores este bricolaje es bueno porque permite mostrarle a los niños como se recuperan materiales al mismo tiempo que se dan presentes a un muy bajo costo y con alto contenido de algo que nos hace falta mucho por estos días : amor del bueno.
A cada uno pues nuestra estrategia para continuar con estas costumbres que por lo intrínsecamente afectivas se me antoja no caben en ningún cálculo de costo-beneficio.
En
Twitter hice una lista de regalos de Madre (y señor mío..)