Por supuesto que sí se puede vivir sin blogs. 15 días aislados de Internet, noticieros de TV, transmisiones de eventos deportivos y de toda esa serie de cosas que sin darnos cuenta ocupan nuestro tiempo. En quince días pueden pasar muchas cosas (o todo seguir igual) en la complicada actualidad mundial pero les aseguro que tener un vacío de información de dos semanas no me preocupa demasiado. Mi único interés radicaba en conocer el tiempo que iba a hacer al día siguiente. El boletín meteorológico de la radio local fue entonces suficiente como única conexión con el mundo exterior.
No tuve ningún problema con la tentación de los accesos, puesto que no llevaba un portátil o un Blackberry. Una sola vez me encontré con un aviso que indicaba la presencia de Wi-Fi y nunca me topé con un café Internet en ninguno de los pueblos del sudeste francés (ver Myflickr) que guardan ese ambiente medieval en sus edificaciones contrastado con las hordas de holandeses y sus caravanas.
Después de varios meses de navegar sin pausa por las blogosferas ahora parezco experimentar la sensación contraria: me gustaría detenerme y dejar de de recorrer esos rincones de sus intimidades … Sin embargo, estoy seguro que apenas empiece el trajín cotidiano el Internet retomará sus derechos.
Al regresar a la oficina este lunes me esperaban decenas de correos electrónicos. Que tal borrarlos todos? Lo más seguro es que los problemas se habrán resuelto solos y si había algo importante pues me volverán a enviar el e-mail. Más vale no hacerlo pues a lo mejor los remitentes se embejucan y hasta me puedo perder para siempre aquellos que, aunque escasos, nos causan placer.
PD: Entre todos esos correos había uno que no merecía ser borrado.
7 comentarios:
Se puede vivir sin internet, solo que tengo tanta gente querida con la que unicamente puedo conectarme a través de internet, que los extraño... es como alejarse de los amigos por un tiempo largo, pero después querés volver a saber de ellos.
Que tal esas vacaciones? Supongo que disfrutaste a mil!
Saluditos!
Veo que pasaste la prueba muy bien. Yo todavía no lo he intentado pero creo que no me costaría sangre. De hecho a ratos me encanta aislarme.
Es necesario, creo yo.
Soy feliz metido leyendo blogs, pero también lo soy cuando me alejo del mundo digital y solo existo en medio de un paisaje, de un bosque o de un lago.
Gracias Evan y álvaro por pasar.
Se puede vivir sin Internet pero no hay que mirar con mal ojo este progreso tecnológico.
Sin él no hubiera podido enterarme de vuestra existencia y seguiría pegado a la TV.
Digamos entonces que estos periodos son como cuando uno se pelea con alguien para luego disfrutar de la reconciliación?
JAJAAJ, Claro que se puede vivir sin el Blog, puedo prescindir de el, pero hay cosas impresindibles la tranquilidad, el aire, los besos, abrazos, la comida rica de la amá de uno, los hijos cuando se portan bien, cuando se portan no tan bien, etc etc, me alegra saberte de vuelta
besitos
Saludos Katho. Y la lista es larga. Nos estamos leyendo.
Se puede y como dices tú, la reconciliación se disfruta mucho.
Es relevante hacerlo, yo cuando lo hago me sumerjo en el mar y me rodeo de brisa, playa, arena, naturaleza...mmmm no digo más.
Un abrazo con lluvias de alegría saludable!
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